En términos generales, la terapia se establece según las características específicas de las células leucémicas detectadas, teniendo también en cuenta la extensión de la enfermedad y aspectos como la edad y el estado general del enfermo.
Siempre que sea posible, un paciente afecto de leucemia debe ser atendido en un centro hospitalario que disponga de un Servicio de Hematología especializado en este tipo de enfermedades. Si no es factible, es aconsejable que el médico responsable del enfermo consulte la estrategia de tratamiento con un centro especializado.
La leucemia aguda requiere tratamiento inmediato, dado que el primer objetivo de la terapia es conseguir una remisión (ausencia de enfermedad detectable). Una vez alcanzada, suelen administrarse más ciclos de tratamiento para prevenir una eventual recaída. Las posibilidades de curación son elevadas aunque muy variables según el tipo de leucemia y la edad del paciente.
Los pacientes afectados de leucemia crónica que se hallan asintomáticos pueden no requerir un tratamiento inmediato, pero deben someterse a controles periódicos para detectar un posible progreso de la enfermedad. Un tratamiento adecuado ayuda a controlar el trastorno y sus síntomas, pero las posibilidades de una curación total con quimioterapia convencional son muy escasas.
Tipos de tratamiento
El tratamiento de una leucemia puede incluir:
- medicamentos o quimioterapia por vía intravenosa u oral
- quimioterapia por vía intratecal (medicamentos introducidos en la médula espinal con una aguja, en el área denominada espacio subaracnoide)
- radioterapia
- trasplante de médula ósea o de sangre de cordón umbilical
- terapia biológica
- medicamentos para prevenir y tratar náuseas y otros efectos secundarios del tratamiento.
- transfusiones sanguíneas (de glóbulos rojos o plaquetas)
- antibióticos, para prevenir y tratar infecciones
- La quimioterapia
La quimioterapia consiste en la utilización de medicamentos que destruyen las células leucémicas. Según el tipo de leucemia, puede administrarse un solo tipo de medicamento, si bien lo habitual es combinar dos o más fármacos. Algunas quimioterapias se administran por vía oral pero la mayoría se inyectan por vía intravenosa. En pacientes que precisan repetidas inyecciones por esta vía se hace necesaria la implantación de un catéter, que consiste en un tubo fino y flexible que se inserta en una vena grande, generalmente en una vena del brazo, del tórax (por debajo de la clavícula) o del cuello. A través de él se administran todos los medicamentos, evitando la molestia de las punciones repetidas.
Los medicamentos administrados por vía intravenosa u oral penetran en el torrente sanguíneo y llegan a las células malignas de la mayor parte del organismo. Sin embargo, esto no sucede así con las células que puedan estar presentes en el sistema nervioso central, ya que se hallan protegidas por una barrera consistente en una red de vasos sanguíneos que filtran la sangre que llega al cerebro y a la médula espinal. Para alcanzar las células leucémicas presentes en el sistema nervioso central, es necesario aplicar quimioterapia intratecal, que consiste en la inyección de medicamentos anticancerosos directamente en el fluido cerebroespinal mediante una punción en la parte inferior de la columna vertebral. Algo similar puede ocurrir con las células leucémicas acantonadas en los testículos para cuyo tratamiento, en ocasiones, debe recurrirse a la radioterapia.
La quimioterapia se administra por ciclos: un período de tratamiento al que sigue un período de recuperación, y a continuación otro ciclo de tratamiento. En función del tipo de tratamiento su administración requerirá ingreso hospitalario o podrá efectuarse de forma ambulatoria, como paciente de hospital de día, en la consulta del médico, o incluso en el domicilio del propio paciente.
- La radioterapia
La radioterapia se utiliza conjuntamente con la quimioterapia en algunos tipos de leucemia. Consiste en la aplicación de rayos de elevada energía que dañan las células cancerosas e impiden su crecimiento.
La radioterapia puede aplicarse de dos formas distintas, bien sobre una zona específica del organismo donde exista acumulación de células leucémicas, como en el bazo o los testículos, bien sobre la totalidad del cuerpo. Este último tipo de radioterapia, denominada irradiación corporal total, se suele aplicar como paso previo al trasplante de progenitores hematopoyéticos.
- Las terapias biológicas
La terapia biológica (a veces llamada inmunoterapia, bioterapia o terapia modificadora de la respuesta biológica) es una nueva familia de agentes que pueden utilizase en el tratamiento contra el cáncer. Las terapias biológicas utilizan el sistema inmune del cuerpo, ya sea directa o indirectamente, per combatir el cáncer o para disminuir los efectos secundarios que pueden causar algunos tratamientos del cáncer. Los más utilizados son los interferones, las interleucinas, los factores estimulantes (G-CSF, eritropoyetina) y los anticuerpos monoclonales.
- El trasplante de médula ósea
Si bien tradicionalmente los trasplantes hematopoyéticos se realizaban con progenitores hematopoyéticos de médula ósea (trasplante de médula ósea), en la actualidad se efectúan trasplantes con progenitores obtenidos de la sangre periférica (venosa), tras haber estimulado el paso de progenitores hematopoyéticos de la médula ósea a la sangre, y trasplantes de la sangre de cordón umbilical, muy rica en progenitores hematopoyéticos, obtenida en el momento del parto.
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Etapas del tratamiento
Existen varias etapas en el tratamiento de la leucemia:- Inducción: combinación de diversos agentes quimioterápicos asociados o no a radioterapia. Se administran para detener el proceso de producción de células anormales por parte de la médula ósea. El objetivo de esta etapa del tratamiento es alcanzar la remisión, es decir, impedir la producción de más células leucémicas. Esta fase puede durar aproximadamente un mes, y puede repetirse si no se alcanza el objetivo.
- Intensificación/ consolidación: tratamiento quimioterápico administrado aún cuando no se detectan células anómalas. Dado que, a pesar de no visualizarse es muy probable que sigan en el organismo, se administra más tratamiento para intensificar o consolidar la inducción. En ocasiones la consolidación puede consistir en un trasplante autogénico o alogénico.
- Mantenimiento: etapa que mantiene la médula ósea libre de leucemia a través de una quimioterapia constante de menor intensidad pero de mayor duración. Esta fase puede durar desde meses hasta varios años. Durante la misma se requieren visitas regulares al médico para controlar la respuesta al tratamiento, controlar sus efectos secundarios y detectar la posible reaparición de la enfermedad.
Tratamiento de soporte
La leucemia y su tratamiento pueden provocar diversas complicaciones y efectos secundarios. Los pacientes suelen recibir un tratamiento de soporte destinado a prevenir o controlar estas complicaciones y a mejorar su calidad de vida mientras dure el tratamiento.
Se suelen administrar antibióticos con el fin de prevenir las infecciones a las que están más fácilmente expuestos. También se les aconseja permanecer alejados de personas de su entorno que sufran cuadros catarrales u otros procesos infecciosos, así como de aglomeraciones. La aparición de un proceso infeccioso en el paciente leucémico es motivo de alarma y requiere un tratamiento inmediato, en ocasiones con ingreso hospitalario.
La anemia y las hemorragias son otro de los problemas que a menudo requieren tratamiento de soporte. Las transfusiones de hematíes ayudan a combatir la anemia y sus consecuencias, y las transfusiones de plaquetas reducen el riesgo hemorrágico.
Efectos secundarios del tratamiento
Es muy difícil limitar los efectos de la terapia a la sola destrucción de las células leucémicas. Dado que el tratamiento también afecta a las células sanas y a los tejidos, puede provocar la aparición de efectos secundarios. Éstos son variables, y dependen fundamentalmente del tipo, intensidad y duración del tratamiento. También difieren de una persona a otra, e incluso de un ciclo de tratamiento al siguiente. En general, el médico organiza la pauta de tratamiento para un determinado paciente de manera que se evite al máximo la aparición de efectos secundarios.Los médicos y las enfermeras siempre explican al paciente qué efectos secundarios cabe esperar, y le indican medicamentos, dietas u otros remedios para intentar paliarlos. Cuando una persona es diagnosticada de leucemia, generalmente reacciona con sentimientos de alarma y preocupación, que con frecuencia le impiden plantear al médico todas sus dudas y preguntas, y recordar las explicaciones y comentarios que le son ofrecidos. En estos casos, es a menudo de gran ayuda establecer una lista de preguntas que se desean plantear al médico, o bien hacerse acompañar de un familiar o amigo que tomará parte en la conversación. No es necesario que todas las preguntas se planteen en una sola ocasión, ya que seguramente existirán nuevas oportunidades que permitirán al paciente replantear nuevas cuestiones y obtener mayor información.
- Efectos secundarios de la quimioterapia
Fependen del tipo de medicamento administrado. Asimismo, y al igual que otros tratamientos, pueden variar de una persona a otra. En términos generales, la quimioterapia actúa sobre las células en proceso de multiplicación. Por ello, afecta a las células neoplásicas (que se multiplican rápidamente) y a las células sanas que se multiplican con mayor velocidad (células de la sangre, células de los folículos pilosos del cuero cabelludo y células del tracto digestivo). Esto explica muchos de los síntomas de los pacientes cuando reciben quimioterapia: disminución de la resistencia del organismo a las infecciones (por la menor cantidad de leucocitos), cansancio y decaimiento (por la falta de glóbulos rojos -anemia-), predisposición a hematomas o hemorragias (por la falta de plaquetas), caída del cabello, náuseas, vómitos, llagas bucales y diarreas. La mayoría de los efectos secundarios desaparecen gradualmente durante los períodos de descanso entre ciclos de tratamiento.Ciertos medicamentos anticancerosos pueden afectar la fertilidad de los pacientes. En las mujeres, las reglas pueden ser irregulares y llegar incluso a desaparecer, con síntomas propios de la menopausia como sofocaciones y sequedad vaginal. En los hombres la producción de esperma puede interrumpirse. Dado que estos cambios pueden ser definitivos, se recomienda a los varones congelar y almacenar su esperma antes de la quimioterapia siempre que se disponga de tiempo para ello. En niños que han recibido tratamiento antileucémico, es frecuente que exista un grado de fertilidad normal cuando alcanzan la edad adulta. No obstante, algunos pueden verse incapacitados para tener descendencia, según el tipo de medicación utilizado, las dosis administradas y la edad en el momento de ser tratados. Si bien se pueden congelar óvulos fecundados para su posterior utilización, la técnica de congelación de óvulos y de tejido ovárico no está lo suficientemente desarrollada como para poder ofrecerla de forma generalizada a las pacientes que deban recibir quimioterapia.
- Efectos secundarios de la radioterapia
Los pacientes sometidos a radioterapia pueden desarrollar síntomas de cansancio que requieren períodos de reposo. No obstante, los médicos suelen aconsejar a los pacientes que permanezcan activos en la medida de sus posibilidades.La radioterapia intracraneal ocasiona a menudo la pérdida del cabello, y asimismo puede provocar irritaciones en el cuero cabelludo. Es importante mantener éste último en perfecto estado de limpieza, y para ello se precisa seguir las recomendaciones del médico. No deben aplicarse lociones o cremas en el área tratada sin consultar al médico. La radioterapia puede asimismo provocar nauseas, vómitos y pérdida de apetito. Estos efectos secundarios suelen ser transitorios y los médicos y enfermeras pueden sugerir métodos para aliviarlos mientras dura el tratamiento.
Sin embargo, algunos efectos secundarios pueden ser duraderos. En niños muy jóvenes sometidos a radioterapia intracraneal se han detectado problemas de aprendizaje y coordinación. Por este motivo, se tiende a evitarla o a utilizar la menor dosis de radiación posible, y sólo en aquellos casos en que el tratamiento con quimioterapia no es efectivo por sí solo.
La radioterapia aplicada en los órganos genitales puede afectar tanto la producción hormonal como al grado de fertilidad. La mayoría de los adultos jóvenes sometidos a este tratamiento desarrollan esterilidad y algunos precisarán la administración de hormonas.
Controles a largo plazo
Es muy importante llevar a cabo revisiones de control tras un tratamiento contra la leucemia. Las revisiones incluyen normalmente un examen físico completo y un examen de sangre, médula y, en ocasiones, del líquido cefalorraquídeo, con el fin de descartar una posible reaparición de la enfermedad.
Debido a que algunos efectos secundarios pueden aparecer muchos años después del tratamiento, es conveniente que los pacientes se sometan a revisiones periódicas y comuniquen a su médico sin tardanza cualquier problema o cambio de salud por mínimo que éste sea.